Por Rodrigo Castro
Franco – Coordinador Institucional Gobernación de Imbabura
La revuelta tendida
el 30 de septiembre de 2011 en contra de la Patria, la Democracia, el
Presidente de la Republica y la Institucionalidad, por parte de una pandilla de
alevosos, ignorantes y retrógrados, que respondiendo a las directrices y bajas
intenciones de una amalgamada oposición descompuesta, fétida y arrastrada, que
trato de disfrazar de la manera más vulgar sus siniestras intenciones, detrás
de uniformes, cascos, máscaras, chalecos antibalas y más pertrechos financiados
con el sudor del pueblo ecuatoriano, me han permitido descubrir varias congojas
de la realidad nacional.
Que no solamente el
perro, por más fiel que sea, en ocasiones muerde la mano de quien lo alimenta;
no también ha existido otro conocido irracional identificado como chapa, tombo,
etc., que ha tenido igual actitud, pero con peores intenciones que las del fiel
animal; su cuadrúpeda inteligencia hizo que irrespetan la majestad de la
investidura que representa el economista Rafael Correa, porque él es, gústeles
o no a algunos rupestres, la viva representación de la Presidencia de la
Republica y de la dignidad nacional, a la que llego por la voluntad manifiesta
del voto de la gran mayoría de su mandante el pueblo ecuatoriano.
Que se destaparon
los desventurados autodenominados líderes de la oposición que se aprovecharon
de esta ocasión, funesta para la gran mayoría de la gente sensata, para
representarse de cuerpo entero, tal y como son: descarados y descarnados
ejecutores de la voluntad de sus secuaces pandilleros de la más baja monta,
conspiradores de profesión, cobardes de la más infeliz calaña; miserables como
ellos solos, incapaces de salir del
estercolero en el que les colocó su apetito voraz, su ambición desmentida, su
suprema desmaña, su imagen agusanada, maloliente y mezquina. A estos: como el
liposuccionado intelectual del Gutiérrez, el adonis mentís enanis del Vera, la
ñusta upa de la Tiban, la nambira de la Zamora, los descompuestos afectados y
malolientes asambleístas que hicieron el ridículo con sus amos de la yunai a
quienes, en clara demostración de cobardía baladi, entre mocos y gomosas babas
quejárosle de lo mal que le trataba la Revolución en el Ecuador, a todos estos,
a los que siempre se agregan los mucho, pedos, hediondos” (MPD) y los verdugos
de los patacuchis, el heroico pueblo ecuatoriano les tiene perfectamente
identificados, no de ahora nomas, desde hace rato.
-Ah…que también han
sido rotulados los Pinargote y otros amarillentos periodiqueros que incitan a
estas acciones con sus comentarios y torcidas, como el mismo, conclusiones,
constan ya para su desgastado perfil en el mismo paquete de perversos,
malintencionados y malévolos, enemigos de la democracias. Pero… que más se
puede esperar de un excéntrico ex embajador de un gobierno curuchupa.
Que las virtudes del
hombre; la franqueza, la transparencia, la honestidad, la vergüenza, el don de
gentes; así como los símbolos patrios, la bandera, el himno nacional, el
escudo, fueron vapuleados por esta horda de insensatos desagradecidos;
alucinados por su propia incertidumbre, desubicados como siempre la realidad
que vive el país; estos deshonrosos uniformados, apoyados por quienes han se
han sentido afectados en sus bolsillos, pusilánimes sinvergüenzas,
representantes de las nuevas oligarquías compuestas por militares y chapas
retirados, burócratas petroleros y no petroleros, transportistas representantes
fieles de la muerte y la desgracia popular, pedagogos carentes de toda
pedagogía ya son fustigados, identificados y señalados por la población,
especialmente por los pobres de nuestra Patria que sienten que por fin alguien
se acordó de ellos, que experimentan en el día a día un trato equitativo, que
pueden aspirar a la educación, a gozar de atención médica y salud, a contar con
oportunidades de trabajo; ciudadanos con capacidades especiales incluidos, por
fin, en la sociedad nacional.
Es inconcebible e
intolerante que el sagaz del coronelillo, trate de encubrir su malévola
intervención en esta asonada, con su rancia presencia en el Brasil; seguramente
volvió a esas tierras a recordar o a preparar el terreno, por si acaso el
mandante vuelva a equivocarse y nuevamente trote cual veloz gamo hacia su auto
destierro, lejos de sus equivocados e inocentes seguidores.
Traidores no
volverán jamás a intentar una asomada como la fracasada recibieron su merecido
del pueblo civil y del uniformado leal. Esta lección se la daremos, con mayor
fortaleza, en cada ocasión que osen repetir una estampida similar.
Debemos estar
expectantes de las bajezas de Vera, Gutiérrez y compañía.
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